lunes, 13 de septiembre de 2010

Subiendo la montaña

Subiendo la montaña
Cuando las personas emprenden un viaje a la cumbre de una montaña, ven la cima y sueñan con alcanzarla. Con ese deseo, comienzan el viaje desde la base… Se adentran en los bosques que visten la montaña, y se ponen en marcha. Pasan las horas, y el cansancio empieza a afectarles. La imagen de la cima que tenían tan clara en un comienzo se vuelve difusa… están en el medio de un bosque, subiendo la ladera… No son capaces de ver su objetivo, solo sienten la fatiga, y dudas cruzan sus cabezas. Aquí es donde algunos deciden abandonar su búsqueda… Pierden la confianza en su capacidad, dan media vuelta, y regresan. Otros deciden continuar por ese camino sinuoso, al parecer interminable. Quienes deciden seguir, van notando como el bosque se vuelve más achaparrado, hasta que en un punto logran salir, y al hacerlo, ven un hermoso paisaje. Ahí es donde se dan cuenta cuanto caminaron, cuanto avanzaron. Tal vez sus pasos parecían insignificantes, pero no lo fueron. Cada uno de esos pasos les permitió llegar ahí. Una vez que alcanzan la cima, pueden contemplar desde arriba todo su camino, y maravillarse de su hazaña.
Al bajar, en la medida que van haciendo el mismo camino, de atrás para adelante, pueden recordar las dificultades que pasaron durante la subida, y comprenderlas con otros ojos.
Una vez de vuelta en la base de la montaña, si bien están de nuevo en el punto de partida, se sienten diferentes. Porque quisieron, hicieron, y pudieron.
La perseverarían es el camino de los triunfadores.
¡No renuncies a tus sueños! Solo teniendo fe y manteniendo tu camino, podrás llegar a realizar tus deseos.
De esta manera, nos damos cuenta que el compromiso y la responsabilidad, no consisten en cumplir con obligaciones y exigencias externas, sino con ser fiel a lo que alguna vez elegiste, que no son más que tus deseos interiores, y hacer lo necesario para llegar a la meta.
El renegar de nuestras responsabilidades, es abandonarnos a nosotros mismos. El proyecto de vida lo justifica y el mañana te lo agradecerá.