La teoría energética homeopática sugiere que los humanos son algo como los electrones de un átomo. Los electrones dentro de un átomo ocupan las capas energéticas o dominios espaciales que se conocen como órbitas. Cada órbita posee ciertas características energéticas y de frecuencia dependiendo del tipo y peso molecular del átomo.
Para excitar o mover un electrón en la siguiente órbita más alta, uno necesita entregarle energía de una frecuencia específica. Solamente un quanto de energía determinado causará que el electrón brinque a una órbita más alta. Esto también se conoce como el principio de resonancia, en el cual, los osciladores sintonizados sólo aceptarán energía en una banda de frecuencia estrecha. A través del proceso de resonancia, la energía de la frecuencia apropiada excitará el electrón para moverlo a un nivel más alto o estado energético en su órbita alrededor del núcleo.
Los seres humanos pueden considerarse similares a los electrones en que sus subcomponentes energéticos ocupan diferentes modos vibracionales que podemos llamar órbitas de salud y órbitas de enfermedad. Para el ser humano cuyos sistemas energéticos están en una órbita de la enfermedad, solamente la energía sutil de la frecuencia apropiada será aceptada para cambiar el cuerpo en una nueva órbita o estado estable de salud.
Los remedios homeopáticos pueden entregar ese quanto necesario de energía sutil al sistema humano a través de un tipo de inducción de resonancia. Esta inyección de energía etérea mueve al sistema del modo de enfermedad vibracional a la órbita de salud.
El alza de frecuencia energética de la homeopatía es la probable razón detrás de la exacerbación inicial de los síntomas vista por los médicos, cuando se da el remedio apropiado. Esto se llama crisis de curación y generalmente ocurre previamente a la resolución completa de la enfermedad.
A los pacientes se les da una dosis de frecuencia específica de energía sutil que ayudará a sus cuerpos a resonar en el modo necesario para retornar sus sistemas a un estado de salud o bienestar. El modo vibracional curativo, mejorado por el remedio, causa los síntomas exagerados de la enfermedad que se experimentan por el paciente durante la crisis de curación.