martes, 8 de junio de 2010

Cuencos Tibetanos




























CUENCOS TIBETANOS
El Universo está compuesto por átomos. Lo más maravilloso e increíble del átomo es el hecho de que algo tan sólido y aparentemente estático como una roca esté íntegramente formado por partículas en continua vibración. Según como se combinen entre si producirán distintos tipos de energía vibrante, que se organizan en ritmos y ciclos. Estamos inmersos en un mundo de energías que se manifiestan ante nosotros de diferentes modos. Esa energía emite diferentes vibraciones. Nuestros receptores pueden decodificar algunas en colores, sonidos, gustos, calor, frió, aromas. Y hay otras que nos atraviesan de todas formas, influyéndonos. La naturaleza tiende a vibrar en armonía (o a buscarla si es que por alguna circunstancia se perdió) desde sus conformaciones mas pequeñas e invisibles a nuestros ojos, hasta lo mas grande, como el sistema cósmico e interplanetario, también invisible a nuestros ojos, a simple vista, por lo inconmensurable. Desde tiempos remotos, el hombre trato de explicar este orden armónico del universo. Observo cómo todo se da en ritmos y ciclos, que se repiten en un orden consecutivo y dinámico. Ciclos que involucran el funcionamiento de cada partícula del cosmos. En el ser humano observamos el ritmo cardiaco, el de la respiración, el digestivo, el del sueño y vigilia. O mas amplio, las etapas de nacimiento, crecimiento, madurez, vejez, muerte. Las divisiones que el hombre le dio al tiempo, desde segundo, minuto, hora, día, semana, mes, año, siglo. Las estaciones del año, etc. Observó cómo en la Naturaleza, en el crecimiento de las plantas, en el movimiento de los astros, se daban estos ciclos y les llamo de "Proporción áurea". Llego a la conclusión de que somos todos similares, aunque también somos individuos. Somos proporcionados en nuestras medidas y formas. Que esa relación armónica tiene que ver con nuestra vida. Luego, desde cada disciplina sistemática se dio una explicación y comprobación de ella. En Matemáticas, Fibonacci, explico el crecimiento en la naturaleza en relación armónica a través de la siguiente secuencia numérica 1-1-3-5-8-13-21-…. (Cada número de la serie es la suma de los dos anteriores). Desde la Geometría se lo explico con el Rectángulo mágico, desde donde nace la forma perfecta de la elipse. En Arquitectura, los griegos construyeron todos sus edificios y monumentos tomando en cuenta estas proporciones, ya que basaban su filosofía en la armonía del hombre con todo su entorno. Pitágoras creo la escala musical teniendo en cuenta esta proporción aurea por lo que se explica cómo es que el sonido y el fenómeno musical influyen en el hombre y son ampliamente terapéuticos. El sonido es una parte integral de nuestras vidas. Desde antes de nacer el ser humano ya esta rodeado de sonido: los latidos cardiacos de la madre, los de su respiración, y una primera experiencia amortiguada del mundo exterior. Vivimos en un mundo de sonidos. Sonidos que se oyen y otros que no. Sonidos musicales y caóticos. Sonidos familiares y extraños. Sonidos agradables y sonidos inquietantes. Sonidos que destrozan y sonidos que curan. El sonido se genera como un movimiento vibratorio de partículas y de objetos. Las vibraciones que producen el sonido, representan una energía que se encuentra en toda la naturaleza, no solo en nosotros y en nuestro mundo, sino mucho más allá, en las regiones de los satélites, las estrellas y el universo. A escala cósmica, el sonido es una fuerza universal e invisible, capaz de producir cambios profundos a muchos niveles (físico, emocional, espiritual). Si tomamos al cuerpo humano desde cada célula, tejido, órgano, hueso y la cantidad de líquido que lo conforma, y si sabemos que todo ello es vibración constante cuando todo vibra en armonía podemos compararlo musicalmente con una sinfonía. Algo que suena agradable. Que esta compuesto por estructuras distintas, con tempos distintos…pero que son parte de un todo. Pero este estado de armonía no es estático, sino totalmente dinámico e influenciable por el mundo interno (emociones, pensamientos, salud física) y externo (las vibraciones del resto de lo que lo rodea). El sonido de los Cuencos Tibetanos está en concordancia con la Proporción áurea. Están afinados según la escala Pitagórica. El sonido de los Cuencos Tibetanos y sus armónicos sirven para equilibrar los planos físico, mental y emocional. Sus sonidos son puros, intensos y guardan un misterio particular capaz de transportar, a quien los escucha, a una experiencia difícil de explicar con palabras. Una experiencia para transitar y disfrutar con todo el cuerpo. Actúan despejando la mente, destrabando bloqueos emocionales. Facilita, a la persona que los vivencia, encontrar un estado de relajación profunda. Poder desprenderse durante ese momento de los problemas cotidianos y con ayuda de ejercicios de respiración y con el sonido de los cuencos, tener la oportunidad de conectarse consigo. Es comparable a "hacer silencio" en cuanto a que éste sería un silencio de lo cotidiano para escuchar los propios sonidos y sensaciones. "Dejar un espacio para que estos puedan aparecer" .Además del Baño SONORO (escucha de los sonidos de los Cuencos), hay otra modalidad terapéutica en el empleo de los cuencos, es el MASAJE SONORO o masaje vibracional. Es una técnica de armonización natural que actúa sobre los planos físico, emocional, mental y espiritual. Los tonos de los cuencos crean un balance energético y sincronizan los hemisferios cerebrales, produciendo un centramiento. Los sonidos y vibraciones tienen la propiedad de modificar las ondas cerebrales favoreciendo los estados de relajación y meditación. El sonido nos afecta por el principio de resonancia, por el que una vibración más intensa y armónica, contagia a otra más débil o disarmónica. El masaje sonoro implica hacer sonar el cuenco muy cerca del cuerpo, o bien apoyarlo sobre este, para que llegue tanto el sonido como la vibración.

Cuencos y campanas resonadoras:

También llamados cuencos tibetanos, cuencos cantores, campanas tibetanas, cuencos japoneses, etc. Los cuencos Tibet están hechos en Argentina por Albert Rabenstein, quien desde 1987 investiga el poder terapéutico del sonido y su uso como herramienta de transformación personal. En su vibración podemos percibir la intención con que fueros creados y el respeto por estos Sonidos Sagrados y los métodos tradicionales de elaboración. Partiendo de una aleación de siete metales cada uno de ellos es afinado individualmente en meditación, para despertar sus sonidos milenarios y así alcanzar su propósito de armonizar y elevar la vibración de quien los toca. Tienen una forma y un temple especiales que les permite sonar al ser frotados en su borde con una vaqueta de madera. Producen una gama de sonidos armónicos o sobretonos (un sonido fundamental del cual se desprenden otros más agudos que guardan una relación armónica entre sí) y tienen una sonoridad que perdura por largo tiempo expandiéndose por todo el ambiente, cambiando la vibración de su entorno. Se utilizan en meditación y reequilibrio energético.

CUENCOS TIBETANOS: Su forma característica facilita la expansión de sus vibraciones, destacándose la calidez de su sonido fundamental combinado con la pureza de sus armónicos medios. Permiten generar una sonoridad intensa y su tamaño determina el tono de su sonido fundamental, siendo en el modelo chico el más agudo. CUENCOS JAPONESES: Su forma cilíndrica facilita que se destaque su sonido fundamental junto con sus armónicos agudos. Su sonidos graves nos contienen y sus agudos nos alinean en una perfecta combinación. El tamaño determina el tono de su sonido fundamental, siendo en el modelo chico el más agudo.


El sonido de los cuencos y la Música ayudan en

• Rápido logro de una relajación profunda.

• Suave masaje y armonización celular

• Alivio del estrés y la ansiedad.

• Mejora de la concentración.

• Mejora de la creatividad.

• Mejora de la visión (física, mental y espiritual).

• Equilibrio de los hemisferios cerebrales.

• Restablecimiento del equilibrio del sistema endocrino mediante la vibración de la hipófisis o pituitaria.

• Fortalecimiento del sistema inmunitario.

• Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza.

• Estímulo de la actividad de las ondas alfa o meditación profunda.

• Aumento de la energía por medio de la estimulación del líquido cefalorraquídeo (posiblemente la forma física de la energía kundalini).

• Equilibrio y limpieza de los chakras y del aura (y los órganos y glándulas correspondientes).

• Limpieza del entorno.

• Fácil acceso a la intuición y a la conciencia superiores.

La terapia del sonido con los cuencos tibetanos es un masaje sonoro realizado con estos instrumentos metálicos; se utilizan golpeándolos o frotándolos con una baqueta y producen un sonido cargado de armónicos de naturaleza sanadora. El paciente se estira en una camilla, cierra los ojos, y exclusivamente se concentra en el sonido que produce el terapeuta al tocar los cuencos. Los cuencos tibetanos -compuestos por una aleación de siete metales: plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro y forjados de forma artesanal- han sido creados con conciencia e intención y son utilizados como guías en ritos ceremoniales, viajes astrales, el despertar de la conciencia y en la curación de enfermedades tanto a nivel físico, psíquico, mental, emocional y espiritualmente. Como toda terapia basada en el sonido, se basa en el principio de resonancia, por el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante o no saludable. El principio de resonancia designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia. Además el sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados de sanación espontánea y estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación. El tercer factor de la terapia del sonido con cuencos tibetanos, son los armónicos. Cada vez que se produce un sonido aparecen los armónicos. Estos armónicos tienen efectos altamente beneficiosos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro campo energético. Aunque no podamos escuchar frecuencias que están fuera de nuestro campo auditivo, ni podamos producir sonidos o frecuencias que estén fuera de nuestra capacidad, sin embargo mediante los armónicos podemos resonar con ellas.
 Bibliografía consultada:

- "El libro de la Terapia de Sonido" Olivea Dewhurst - Maddock

- "Apuntes del Curso de Terapeuta de Sonido" dictado por Albert Rabenstein


http://www.tibet.com.ar/CUENCOS.htm

http://www.haciaeldespertar.org/cuencos4.htm