viernes, 27 de agosto de 2010

RASGOS PSICOLÓGICOS

RASGOS PSICOLÓGICOS DE UNA PERSONA TRAICIONERA
En esta vida solemos encontrarnos con gente muy envidiosa, gente que creemos que son nuestros amigos y que nos traicionan, envidiosos que intentan arruinar a los demás o a los que si tienen éxito. Son gente que estafa y tima a sus propios amigos sólo por dinero.
Los siguientes son algunos rasgos psicológicos de la personas traicioneras:
Son muy envidiosos
Este es el rasgo más común. Si ves que un amigo tuyo o un conocido es muy envidioso, debes estar muy alerta, intenta alejarte lo más posible de una persona así. ¿Por qué? porqué contigo harán una de estas dos cosas: Te pondrán en contra de aquél al que tienen envidia, o te perseguirán a ti por tenerte envidia. Este tipo de personas al no tener la inteligencia o recursos necesarios se dedica a arruinar a los demás. Son los típicos que al no poder permitirse un capricho son capaces de timar y estafar a mejores amigos sin ser conscientes de las consecuencias de sus actos.
No tienen conciencia de sus actos
Son gente con muy poca moral. Sus padres trabajaban mucho o simplemente no les prestaban atención y no les enseñaron que en el mundo había que compartir y respetar a los demás. Por eso tienen comportamientos muy absurdos como estafar hasta a su propia familia. Este tipo de personas hacen cosas que no tienen lógica y por eso consiguen timar y estafar. La gente así no es consciente de sus actos, simplemente quiere el dinero, con tal de tenerlo en la mano es capaz de hacer cualquier cosa.
Siempre dan excusas
Este rasgo también está muy marcado en este tipo de personas. Nunca cumplen una promesa. Siempre te estarán dando largas toda su vida y nunca tendrán la humildad de decir: "lo siento".
Se molestan si se les acusa
Esto es lo que mejor delata a este tipo de gentuza. A una persona normal si la acusas de algo que no ha hecho nunca se va a enfadar. Simplemente se excusará diciendo que no es cierto de lo que se le acusa. Pero el que sí ha sido, se enfada y despotrica contra el que lo acusa alegando frases como: “no se cómo has podido pensar eso de mí” , “¿Cómo puedes desconfiar de mí?” , “qué un amigo así desconfíe de mí no merece mi respeto”. Todos somos humanos y si se nos acusa injustamente reaccionamos normal porque sabemos que la gente se equivoca, en cambio este tipo de gente se sale de sus casillas cuando se les acusa. Por lo tanto, si lo hacen, sabrás que ellos son los culpables.
Manipulan a los demás
Intentan manipular a sus amigos o al entorno para hacer que opinen como ellos. A veces consiguen reclutar a otras personas para que les ayuden en sus engaños a otros. Para ello empezarán a mentir y dirán cosas que son falsas sobre la persona a la que quieren hacerle daño. Dirán hechos, actos e insultos que la otra persona jamás ha hecho. ¿Lo más irónico de esto? Es que mucha gente les creerá.
Se sienten frustrados con sus vidas
Algo no les va bien en sus vidas. Tienen una pareja que los ha dejado, sus padres los odian o su pareja la maltrata psicológicamente. Este tipo de gente actúa así porque no tiene nada más que hacer con su vida.
Sienten que no son nadie, que ellos no merecen la pena y que no pueden llegar a cumplir sus sueños.
Estas personas se desahogan con su miserable vida haciéndole daño a los demás, se auto engañan y lo tanto luchan contra los falsos timadores (los demás).
Su círculo social es muy reducido
Tiene al típico amigo que se cree todo lo que le dicen. O van manipulando a la gente hasta que este se cansa y tienen que pasar a otro. Generalmente no es gente que caiga bien a los demás, por lo tanto en la mayoría de los casos su círculo social es reducido.
Jamás tienen éxito en sus vidas
Pueden tener carrera, pero raramente tendrán éxito en sus vidas, ya sea a nivel económico, emocional o físico. Esto es así porque su visión del mundo (a causa de su psicología) está muy distorsionada, por lo tanto no pueden razonar para sacar las cosas adelante de forma humilde. Su máximo éxito en su vida será pisotear a los demás. Eso para ellos ya es tener éxito en sus vidas.