lunes, 23 de agosto de 2010

Agua, hidratación y salud

Agua, hidratación y salud

Calor, humedad y ejercicio físico son las condiciones idóneas para padecer un cuadro de deshidratación
Beber sin tener sed
Con el sol y el calor se suda más y, en consecuencia, la pérdida de líquidos es mayor. Si a esto se añade que cuanto más liquido se pierde más disminuye la capacidad del organismo para regular la temperatura, se entiende lo fundamental que resulta reponer el agua. Más en los días de mucho calor. También aumentan las necesidades de líquidos cuando se tiene gastroenteritis, cuya incidencia aumenta en verano y que a menudo cursa con fiebre, vómitos y diarrea.

Los ancianos. Es frecuente que la persona mayor pierda la sensación de sed o que evite beber líquidos por temor a la incontinencia o para evitar la urgencia de ir al aseo cuando está fuera de casa. A fin de que beban suficiente y más en los días calurosos, las personas que atienden o acompañan a los ancianos deben animarles con sugerentes y refrescantes bebidas, además del agua natural. Este esfuerzo será mayor en caso de vómitos, diarreas o si toman medicamentos diuréticos. El agua, además de calmar la sed, favorece la función de los riñones y el movimiento intestinal, por lo que mejora el estreñimiento, común en este grupo. En determinados casos, como hemodiálisis o edema (retención de líquidos), la ingesta elevada de líquidos está contraindicada, por lo que deberá seguir las recomendaciones médicas para no empeorar la situación. Las aguas con gas o las bebidas carbonatadas también perjudican en caso de hipertensión arterial debido a que las burbujas que contienen influyen en el aumento de la presión arterial.

Los niños. Los niños pequeños no son conscientes de tener sed mientras están entretenidos en otras actividades. Por ello, es esencial insistir en que beban agua, en particular durante los días más calurosos. Las mujeres embarazadas y lactantes. La evolución y desarrollo del feto depende de un correcto aporte de todos los nutrientes, entre ellos los líquidos. Además, una buena hidratación mejora la calidad de vida de la mujer embarazada, sobre todo, en los días de más calor. Por su parte, durante la lactancia, las exigencias hídricas son mayores. La leche materna contiene un 85%-90% de agua, por lo que es comprensible que la madre lactante deba ingerir un volumen de líquido suficiente para asegurar la producción de leche diaria y mantener un buen estado de hidratación. La leche materna siempre contiene agua suficiente para satisfacer la sed del bebé, con independencia de si la madre toma menos líquidos de los que necesita.

Deportistas. La hidratación es un factor clave en el rendimiento físico. Tras un esfuerzo físico importante, se pueden perder más de dos litros de agua por hora. En el organismo humano el agua va del intestino a los vasos sanguíneos, de allí a las glándulas sudoríparas y de éstas a la piel, donde se evapora y produce su efecto refrigerante. A partir de una pérdida del 2% del peso corporal en agua (alrededor de 1,5 litros), se desarrollan los primeros síntomas de deshidratación y se aprecia un descenso del rendimiento y de la resistencia. La pérdida del 20% del agua del organismo se asocia a complicaciones graves de salud con afección renal e, incluso, pérdida de conocimiento.
RECETAS PARA HIDRATARSE

En el recetario de EROSKI CONSUMER, el lector encontrará una amplia gama de recetas para hidratarse. Refrescantes zumos, más de 150 sugerencias de sopas y cremas que se pueden servir frías, deliciosos granizados y polos de frutas como el de fresa o el de limón. También dispone de numerosas y sabrosas recetas con los alimentos que más agua tienen en su composición, como son las más de 250 recetas de ensaladas y decenas de platos que incluyen frutas frescas y de temporada como brochetas, ensaladas, compotas y macedonias.